Sonríe y recuerda que…

Jimena Catalina
Piensa en pixels
Published in
2 min readDec 27, 2013

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¿Eres diseñador? Entonces seguro que pasas al menos el 10% de tu jornada laboral refunfuñando contra el cliente (le dedicarías más tiempo, pero hay que reservar también unas horillas al día para despotricar de los jefes… y luego hay que currar, claro). Ya sé que no te sobra el tiempo, pero haz una pausa de 5 minutos, sonríe y recuerda que…

La nuestra es una profesión fantástica y las críticas, sugerencias y cambios del cliente forman parte de ella. Si te va a crear una úlcera es mejor que cambies de trabajo (puedes ser artista, por ejemplo).

Es duro cuando lo haces lo mejor que puedes y aún así no es lo suficientemente bueno. Supéralo y mejora, los cambios y las críticas sirven para aprender.

Ciertas peticiones del cliente son arbitrarias, algunas de nuestras decisiones de diseño también lo son. Hay que ser un poco más comprensivos y enterrar el ego.

No asumas que el cliente es un idiota. Si no logras explicarle por qué algo tiene que ser de cierta manera y decide hacer un cambio desastroso… no es su culpa, es tuya.

La primera propuesta no tiene que ser la mejor. Las iteraciones aumentan las posibilidades de llegar a un diseño excelente.

Relacionado con lo anterior, si te piden un cambio que odias no lo hagas lo peor posible para que el cliente no lo escoja. Lo escogerá de todas formas y tendrás que verlo durante el resto del proyecto. Cosas del karma.

Sí, puedes echarle muchas horas de trabajo a un diseño y que aún así sea mediocre. No te cierres a los comentarios simplemente porque has invertido mucho tiempo en la propuesta inicial.

No te creas que eres el único sufridor del mundo laboral. Solemos comentar que a los médicos y a los arquitectos nadie les dice cómo tienen que hacer su trabajo. Es mentira.

No puedes imponer tu criterio estético y creatividad por encima de las necesidades del proyecto. Recuerda que nuestra profesión es un servicio y debemos trabajar en equipo con el cliente.

Debes mantener un balance con tu vida personal. ¿Has coincidido alguna vez con un trabajo-adicto? ¿quieres ser como él? Pues eso.

Ríete un poco de tu ego, olvida tus frustraciones y bebe. Bebe mucho, bebe para olvidar. Y una vez olvidado el pasado aprovecha que mañana es otro día para volver a disfrutar de tu trabajo.

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